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“El poder que no prepara el relevo compromete lo que construyó.”
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La transición es una prueba silenciosa de madurez política. Preparar el relevo no debilita al liderazgo saliente; lo legitima. Cuando las transiciones se improvisan, el sistema paga con desorden, retrocesos y conflictos innecesarios. La responsabilidad en el relevo implica dejar información clara, procesos ordenados y decisiones documentadas. Gobernar bien no es solo ejercer el poder, sino garantizar que lo construido no se pierda con el cambio. El liderazgo que piensa en la transición demuestra sentido institucional y responsabilidad histórica.
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“Preparar el relevo es proteger el legado”
Las transiciones mal hechas borran avances y multiplican errores.
Un liderazgo serio entiende que el cambio es inevitable y, por ello, lo ordena. Preparar el relevo no es rendirse; es cuidar lo logrado.
La estabilidad institucional depende más de buenas transiciones que de grandes discursos.
| La otra cara |
“El relevo como amenaza”
Cuando el poder ve el relevo como peligro, retiene información y bloquea procesos.
Esa actitud genera ruptura, desconfianza y retroceso. El costo lo paga la institución, no el líder.
“Transición que fortalece”
Una transición ordenada transmite madurez y continuidad.
Permite corregir sin destruir y avanzar sin empezar de cero.
El relevo bien preparado es una forma de liderazgo extendido.
AFORISMOS
1. El poder que no prepara el relevo compromete lo que construyó.
2. Gobernar también es dejar listo el cambio.
3. La transición ordenada protege el futuro.
4. Sin relevo responsable no hay continuidad.
5. El liderazgo verdadero no teme al reemplazo.
PROPUESTAS
• Protocolos formales de transición y traspaso.
• Documentación clara de decisiones, procesos y pendientes.
• Equipos técnicos que garanticen continuidad operativa.
• Respeto institucional entre gestión saliente y entrante.
• Liderazgo que entienda el relevo como parte del ciclo.
