2511-09
“Sin reglas iguales, la ley es solo un privilegio bien administrado.”
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La justicia no se mide por la cantidad de normas, sino por su aplicación uniforme. Cuando las reglas cambian según la persona, el cargo o la cercanía al poder, la legitimidad del sistema se erosiona. La ciudadanía acepta sacrificios si percibe equidad; los rechaza cuando observa excepciones arbitrarias. La desigualdad ante la ley no solo es injusta: es políticamente ineficiente. Genera informalidad, desobediencia y desconfianza estructural. Un liderazgo serio entiende que gobernar es garantizar reglas claras y aplicables sin privilegios.
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“Reglas parejas, autoridad sólida”
No hay Estado fuerte con reglas selectivas.
Cuando la ley se aplica con doble estándar, deja de ser referencia y se convierte en negociación. El poder que protege a los suyos debilita al sistema entero.
La igualdad ante la ley no es consigna moral: es condición de gobernabilidad.
| La otra cara |
“El privilegio como veneno institucional”
El privilegio rompe el contrato social.
No solo indigna al ciudadano; desmoraliza al funcionario que cumple. Así, la norma pierde valor práctico y el sistema se llena de atajos.
“La igualdad ahorra conflicto”
Aplicar reglas iguales reduce fricción, litigio y presión política.
La justicia pareja no necesita propaganda: se nota.
Donde la ley es igual, el poder descansa.
AFORISMOS
1. Sin reglas iguales, la ley es solo un privilegio bien administrado.
2. La justicia selectiva no ordena: corrompe.
3. El doble estándar debilita al Estado.
4. Gobernar es eliminar privilegios, no administrarlos.
5. La igualdad ante la ley es eficiencia política.
PROPUESTAS
• Simplificación normativa para reducir discrecionalidad.
• Eliminación de regímenes de excepción injustificados.
• Transparencia en decisiones sancionadoras y permisos.
• Fortalecer órganos de control con autonomía real.
• Medición pública de cumplimiento y sanción sin apellidos.