2508-28
“La corrupción no llega de golpe. Entra cuando quienes mandan se duermen”.
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Un país no cae porque le falta gente buena, sino porque quienes tienen la responsabilidad de velar por él dejan de hacerlo. En política, dormirse es dejar que los otros decidan. Es dejar que el desorden se normalice, que el abuso se esconda, que la corrupción se filtre. Los líderes que pierden la alerta abren las puertas a los oportunistas. Por eso, no basta con llegar al poder: hay que permanecer despiertos, atentos y firmes, sabiendo que el costo de la distracción es la ruina colectiva.
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El sueño del poder trae monstruos
En el Perú, más de una autoridad se ha dormido en el cargo. Llegaron prometiendo cambio y terminaron arrullados por la comodidad, la adulación y los privilegios. Así, la vigilancia se pierde, la corrupción crece y el país se deteriora.
Gobernar no es solo actuar, es también estar alerta. La omisión también es traición. Un presidente que no controla a su entorno, un ministro que no fiscaliza a sus funcionarios, un alcalde que deja hacer, son parte del problema, no de la solución.
Hoy el país necesita una nueva actitud: la de quienes gobiernan como centinelas, no como burócratas. Que no solo hablen de problemas, sino que los prevengan.
| La otra cara |
Cuando el poder se duerme, la mafia se despierta
No es casual que en los momentos de mayor desgobierno aparezcan las mafias, los carteles, los clubes de la impunidad. Son especialistas en detectar la distracción del Estado.
Mientras las autoridades celebran, ellos reparten obras. Mientras los gobiernos se miran al espejo, ellos capturan el sistema.
No se trata solo de vigilar presupuestos. Se trata de vigilarse a sí mismos. La debilidad moral es la puerta de entrada para las peores amenazas.
Vigilancia o decadencia: no hay término medio
El país no puede seguir tolerando autoridades con agenda vacía y escritorio lleno. Lo urgente no es administrar la rutina, sino anticiparse al desastre.
Los buenos gobernantes no son los que apagan incendios, sino los que previenen fuegos. Pero eso implica atención constante, trabajo silencioso, vigilancia ética.
Cuando el Estado deja de vigilar, la delincuencia se organiza, el desgobierno se instala y la democracia se degrada. Dormirse es gobernar para el caos.
AFORISMOS
1. El que gobierna sin vigilar, abdica sin saberlo.
2. El sueño del funcionario es el despertar de la corrupción.
3. El país no necesita mandones, necesita centinelas.
4. Una nación se salva con ojos abiertos, no con discursos dormidos.
5. La vigilancia es el primer acto de amor político.
6. Quien deja hacer, deja dañar.
7. No hay traición más sutil que la omisión disfrazada de prudencia.
8. Gobernar es no cerrar nunca los ojos ante el abuso.
9. Los que se duermen gobernando despiertan en el desprecio del pueblo.
10. Si no sabes vigilar, no pidas gobernar.
PROPUESTAS
• Crear un Sistema Nacional de Alerta Temprana Anticorrupción, con control ciudadano.
• Establecer rotación y rendición pública periódica de altos cargos estatales.
• Implementar gabinetes de seguimiento ciudadano en cada nivel de gobierno.
• Exigir vigilancia ética activa desde las Contralorías regionales, no solo auditorías.
• Activar mecanismos de vigilancia digital continua con participación de sociedad civil.