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2508-17: El coraje de incomodar: liderar sin miedo a la confrontación

2508-17

“Las reformas no nacen del consenso de los cómodos, sino del coraje de los incómodos.”

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Cualquier transformación política de fondo supone una fractura con el statu quo. No hay liderazgo real si no se está dispuesto a generar incomodidad. En tiempos de tibieza, la claridad molesta. En contextos donde se premia la neutralidad, el compromiso con una causa verdadera arde como fuego incómodo. El líder que solo busca quedar bien con todos termina traicionando la esencia de su misión. Hay momentos que exigen decisión, ruptura, firmeza. Las sociedades que avanzan son las que aceptan confrontar lo que divide, no las que lo ocultan bajo una falsa paz. Los liderazgos que inspiran son aquellos que no le temen al fuego de la contradicción, sino que lo encienden para alumbrar un camino distinto. Hoy, más que nunca, se necesita ese tipo de fuego político.

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El precio de no incendiar nada

En sociedades acostumbradas al cálculo y a la corrección, la autenticidad se convierte en un acto subversivo. No es casual que los reformadores incomoden. Los líderes que marcan la diferencia no lo hacen solo con planes técnicos, sino con una fuerza interior que rompe inercias, aunque eso les cueste popularidad o alianzas temporales.

Hoy, en un Perú atrapado entre el temor a decidir y la obsesión por agradar a todos, urge encender fuegos. No fuegos que destruyen, sino fuegos que purifican: el fuego de la verdad, de la convicción, de la denuncia clara y de la acción firme. Hay que tener el coraje de señalar lo que no funciona, aunque eso genere oposición. Si el precio de liderar es incomodar a los que lucran con la pasividad, entonces bienvenido el incendio.

No se construye justicia social sin entrar en conflicto con los injustos. No se lidera sin enemistarse con lo establecido. Y no se gobierna sin optar, sin dividir aguas, sin confrontar intereses. Liderar es también saber cuándo ya no se puede quedar bien con todos.


| La otra cara |

Reformar sin quemarse no es posible


El ideal social de armonía ha sido mal entendido: se piensa que una sociedad sana es aquella sin conflictos visibles. Pero eso es falso. La paz sin justicia es solo silencio de los humillados. En contextos de opresión estructural o corrupción normalizada, no hay neutralidad válida. Callar es ser cómplice.

En el Perú, por ejemplo, los cambios profundos han sido bloqueados sistemáticamente por pactos de élites que prefieren una estabilidad aparente antes que una equidad verdadera. Se ha educado a la ciudadanía a desconfiar de los que incomodan, cuando en realidad, son ellos los verdaderos impulsores del cambio. Si no estamos dispuestos a enfrentar los conflictos necesarios, seguiremos en la misma rutina de frustración y estancamiento.


Quemarlo todo para empezar a construir


Hay que quemar lo que no sirve. Las estructuras inservibles, los discursos vacíos, las alianzas hipócritas. No con violencia ni con odio, sino con el fuego de una visión clara, valiente y sin concesiones.

Si hay algo que ha fracasado en la política peruana es la obsesión por quedar bien con todos. Se necesitan líderes que no midan cada frase por cuántos likes tendrá, sino por cuánta verdad contiene. Que no teman ser impopulares si eso los mantiene íntegros.

Quemarlo todo no es destruir por destruir. Es empezar de nuevo, sin miedo. Es tener el coraje de confrontar y el coraje de resistir. Y es también saber que toda llama verdadera, aunque incomode, termina iluminando.


AFORISMOS

1. Quemar lo inútil no es traición, es la base de toda reforma real.

2. La verdad arde porque rompe el confort de los tibios.

3. El líder que teme al conflicto, ya pactó con el silencio.

4. Donde no hay fuego, solo queda humo de discursos vacíos.

5. No hay revolución ética sin incendiar la hipocresía establecida.

6. La prudencia sin coraje es cobardía disfrazada.

7. La paz sin justicia es solo pausa.

8. Los pueblos que no confrontan sus divisiones, se pudren en ellas.

9. Quemar no es odiar; es depurar.

10. La tibieza política mata más sueños que la represión.


PROPUESTAS


• Impulsar una reforma política radical, con participación ciudadana, aunque incomode a partidos tradicionales.

• Crear un Observatorio Nacional de Conflictos Estructurales, para visibilizar y tratar con frontalidad los temas que generan fractura social.

• Establecer una escuela de líderes con pensamiento crítico, no domesticados por intereses electorales.

• Fomentar políticas que prioricen la justicia restaurativa sobre la mera estabilidad institucional.

• Promover una nueva narrativa pública, donde confrontar no sea visto como dividir, sino como construir desde la verdad.