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2508-16: El derecho a ser escuchados desde la infancia

2508-16

“Si no escuchas al niño hoy, mañana gritarás en una nación rota.”

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Los grandes cambios no comienzan en los discursos electorales, sino en el respeto silencioso a quienes aún no votan. La política que ignora a la infancia es una bomba de tiempo disfrazada de indiferencia.

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Niños sin Ministerio​

En el Perú, se hacen planes nacionales, se lanzan campañas y se reparten folletos... pero los niños siguen siendo decorado, no prioridad. Ningún Estado que se precie de democrático puede dejar a su infancia sometida a la desnutrición, la falta de acceso a salud mental o la violencia doméstica como única pedagogía de la vida.

Los grandes líderes políticos deberían medir su éxito por cuántos niños sonríen libres, no por cuántas obras inauguran. Pero no: seguimos viendo a los más pequeños tratados como problema, no como promesa. Como carga, no como clave.

Aquí no se trata de crear nuevos slogans, sino de garantizar una presencia real y digna de los niños en el centro de la planificación política. ¿Dónde están los espacios para ellos? ¿Dónde su voz en el presupuesto? ¿Dónde la urgencia por protegerlos?

Si no partimos de ahí, todo discurso se desmorona..


| La otra cara |

No hay país posible si los niños son invisibles


Cuando una sociedad silencia a sus niños, lo que realmente está haciendo es hipotecar su futuro. Cada niño sin escuela es una fábrica de frustración. Cada niño sin afecto es un potencial explosivo social. Cada niño ignorado por el Estado es una prueba del fracaso de nuestra democracia.

Pero más allá del asistencialismo y de la filantropía barata, lo que hace falta es un verdadero reconocimiento político de la infancia. No como destinataria pasiva de programas, sino como sujeto de derechos.

Escuchar a un niño no es perder tiempo. Es anticiparse a una catástrofe.


Infancia: el electorado silencioso que no se vende ni se olvida


Ellos no votan. No financian campañas. No asisten a mítines. No dan entrevistas. Y sin embargo, son el termómetro moral de un país.

Cuando una república trata a sus niños como ciudadanos de segunda, se condena a sí misma a repetir su ruina. Por eso, el nuevo liderazgo debe mirar hacia abajo, sin condescendencia. Mirar de frente al niño, al que juega con miedo, al que trabaja con 8 años, al que llora sin que nadie lo note.

Ese niño no necesita caridad. Necesita justicia. Necesita Estado. Necesita políticos valientes que no usen su imagen, sino que cambien su historia.


AFORISMOS

1. La política que olvida a los niños ya está moralmente vencida.

2. Quien no respeta a la infancia no merece gobernar adultos.

3. Los niños no votan, pero dictan el juicio de la historia.

4. Un país que no protege a su infancia se convierte en su peor enemigo.

5. Más que programas, los niños necesitan presencia.

6. El Estado que no abraza al niño, termina por castigar al joven.

7. Escuchar al niño es oír el futuro.

8. Los niños no son promesas: son urgencias.

9. Un gobierno sin política para la infancia es una fachada sin alma.

10. La niñez es el primer acto político de toda sociedad decente.


PROPUESTAS


Para una política centrada en la infancia:

• Crear un Ministerio de la Infancia con rango constitucional y presupuesto protegido.

• Obligación legal de incluir indicadores de bienestar infantil en todos los niveles del diseño presupuestal.

• Plan Nacional de Escucha Infantil: foros territoriales donde los niños puedan expresar demandas a autoridades locales.

• Ley de Presupuesto Infantil Participativo en gobiernos locales y regionales.

• Campaña nacional permanente Niñez sin miedo, articulando educación, salud y justicia contra la violencia.

• Reforma curricular que incorpore ciudadanía temprana y participación en decisiones escolares.

• Red nacional de Centros de Protección de la Niñez con intervención psicosocial inmediata.

• Escalamiento del programa Cuna Más con infraestructura digna en zonas urbanas marginales y rurales.