2508-04
“El líder que comparte lo poco, ya empezó a transformar lo mucho.”
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La gestión pública está llena de excusas cuando debería estar llena de ingenio. El pretexto de no hay recursos suele esconder una falta de voluntad para redistribuir lo que ya existe. La política, como el liderazgo auténtico, consiste en organizar lo poco que se tiene con visión estratégica, humildad operativa y sentido de urgencia. No se requiere abundancia para servir. Se requiere decisión. El dirigente que actúa desde la generosidad rompe el ciclo de la dependencia y construye un nuevo tejido social: el de la cooperación ciudadana. Así se hace país: multiplicando mediante la confianza, no acumulando desde el miedo.
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Multiplicar no es magia, es decisión política
Los países no se transforman con megaproyectos, sino con acciones concretas que atienden la urgencia desde lo que se tiene. El liderazgo real no espera tenerlo todo para empezar. Empieza con lo poco, pero lo pone en circulación.
Frente a la carencia, hay dos caminos: cerrar el puño o abrir la mano. El primero genera exclusión, el segundo genera comunidad. Multiplicar es, en política, un acto de fe en el pueblo.
Donde hay voluntad, el recurso alcanza. Donde hay cálculo, no alcanza nada. El político que sabe compartir el presupuesto, el crédito y el protagonismo, termina generando abundancia real. Gobernar es también saber organizar la esperanza.
| La otra cara |
La lógica del reparto: urgencia de un Estado sensible
No hace falta tener mucho para cambiar realidades. Hace falta sensibilidad. En un país marcado por la desigualdad y la desconfianza, el verdadero milagro político es que alguien diga: esto es poco, pero es de todos.
La lógica estatal suele postergar, burocratizar, centralizar. El resultado es una política que acumula recursos en oficinas, mientras las periferias se mueren de hambre.
Un Estado que reparte antes que justificar, que escucha antes que planificar, que actúa antes que exhibirse, es un Estado que transforma. No hay reforma más urgente que la del reparto justo y digno.
Gobernar desde la escasez: el valor de servir sin excusas
¿Esperar tenerlo todo para servir? Eso no es liderazgo, es miedo. El dirigente que gobierna con lo que hay, y pone a circular lo que tiene, ya está haciendo política real.
El que reparte poco con dignidad, termina construyendo grandeza. El que guarda mucho con cálculo, termina siendo un administrador del olvido.
Servir en escasez no es debilidad: es carácter. Porque el político que comparte el riesgo, también compartirá el triunfo. No se lidera por tener más, sino por hacer más con menos.
AFORISMOS
1. No se necesita todo para empezar, se necesita empezar con lo que se tiene.
2. La política real se hace con pan compartido, no con discursos almacenados.
3. Gobernar es poner a circular lo poco con sentido de urgencia.
4. El líder que reparte con dignidad ya empezó a construir justicia.
5. Lo que se comparte, se multiplica. Lo que se guarda, se pudre.
6. La escasez no es excusa cuando hay voluntad política.
7. Multiplicar no es un milagro. Es una decisión de Estado.
8. El que espera condiciones ideales para servir, nunca servirá.
9. Transformar la escasez en solución es la más alta política.
10. Lo que se pone al servicio, vuelve en legitimidad.
PROPUESTAS
• Impulsar una Ley de Equidad Territorial de Recursos Públicos, que garantice una redistribución inmediata en zonas de alta vulnerabilidad.
• Crear Unidades de Acción Comunitaria Municipal, que actúen con rapidez en emergencias locales sin depender de aprobaciones centrales.
• Establecer el principio de Distribución Dinámica del presupuesto público, que permita adaptar los recursos a las necesidades inmediatas con participación ciudadana.
• Implementar el programa Lo poco que tenemos, enfocado en poner al servicio recursos subutilizados estatales (vehículos, almacenes, alimentos, locales, etc.) con transparencia.