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En tiempos de confusión, donde todo parece válido y todo parece sospechoso, el arte de discernir se vuelve una necesidad urgente. Ni todo lo nuevo es bueno, ni todo lo viejo es inútil. La política que transforma no es la que arrasa para construir desde cero, ni la que conserva sin evaluar. Es la que, como una red bien lanzada, recoge de todo… pero sabe qué guardar y qué dejar ir. Esa capacidad de discernimiento ético, estratégico y social es lo que diferencia al reformista del oportunista. Porque gobernar es también sentarse, examinar y separar con sabiduría. Y eso exige tiempo, formación, humildad y visión. Hoy más que nunca, el Perú necesita esa red de sentido: una política que contenga a todos, pero que no premie a todos por igual. Que incluya, sin perder claridad. Y que actúe, sin temor a elegir.
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" Toda república justa necesita red… y criterio."
La red del discernimiento: una nueva política que sabe separar sin destruir
La red se lanza y recoge peces de toda clase. Así es también la política en tiempos democráticos: no se puede elegir solo a los ideales, también se recibe a los distintos, a los críticos, incluso a los que generan ruido. Pero luego llega el momento más difícil: discernir. Separar sin discriminar. Incluir sin confundir. No todo lo que entra por la red debe quedarse en el canasto del poder. La política actual, muchas veces, ha perdido ese coraje. Prefiere mezclar para evitar conflicto. Prefiere no juzgar para no incomodar. Pero eso destruye el tejido institucional. El líder ético es como el pescador que, después de lanzar la red, se sienta y evalúa. No desde el prejuicio, sino desde el bien común. Y ese acto, silencioso y firme, es más revolucionario que cualquier anuncio de reforma. Porque no todo cabe. Y no todo suma.
| La otra cara |
La política de la mezcla total: el caos disfrazado de tolerancia
Hoy se dice: “todo vale”, “todos tienen derecho”, “no se puede excluir a nadie”. Pero cuando todo vale lo mismo, nada tiene valor. Cuando se premia al corrupto por no hacer ruido, al mediocre por tener votos, al traidor por no dividir, se destruye el criterio ético de la república. Discernir no es discriminar. Es proteger lo que construye y corregir lo que corrompe. No hacerlo es renunciar a gobernar.
La sabiduría del crisol: política que elige sin destruir, reforma sin arrasar
Hay otra forma de actuar: la del que incluye sin confundir. Que no teme tener a todos en la red, pero que sabe elegir con criterio. La política del futuro será la que combine apertura con firmeza, diversidad con exigencia. No se trata de cerrar puertas, sino de abrir con reglas. La red se lanza para acoger; el juicio se hace para ordenar. Y el país que entienda eso, comenzará a sanar.
AFORISMOS
1. Quien no sabe distinguir con justicia, termina destruyendo con prejuicio.
2. No todo lo que entra por la red sirve para edificar nación.
3. Incluir no es igualar; gobernar es también seleccionar con ética.
4. El caos empieza cuando se renuncia a discernir.
5. El poder sabio no arrasa, pero tampoco relativiza.
6. Toda república justa necesita red… y criterio.
7. La mezcla sin evaluación es resignación disfrazada de apertura.
8. El discernimiento es el filtro de la integridad política.
9. No hay liderazgo real sin la valentía de separar con sentido.
10. Quien no sepa sentarse a discernir, no está listo para gobernar.
PROPUESTAS
• Establecer un “Consejo Ético de Evaluación Pública” para decisiones clave de gobierno.
• Incorporar el principio de discernimiento institucional en todas las políticas de ingreso, permanencia y promoción en la administración pública.
• Crear un índice de calidad política basado en el impacto y la integridad, no solo en la inclusión.
• Diseñar sistemas de formación ciudadana para fortalecer el discernimiento democrático.
• Reformar los criterios de alianzas políticas para priorizar coherencia programática y ética sobre cálculos coyunturales.