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2507-07: Recuperar la esperanza: política para los excluidos

2507-07

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Las grandes transformaciones no comienzan en los parlamentos, sino en el contacto directo con los que han sido descartados. En cada comunidad hay una mujer sangrante que nadie ve, una hija marginada que el sistema ya dio por muerta. El poder real se mide por la capacidad de restaurar dignidad, no por el número de leyes aprobadas. Y el liderazgo político debe atreverse a tocar la herida social, a entrar en la casa del dolor, a devolverle voz a quienes solo han conocido el silencio. La política no es levantar banderas en plazas limpias; es caminar entre los impuros con manos limpias. Y levantar, sin miedo, a los que todos abandonaron.



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"No hay curación social sin contacto real."


La curación empieza cuando la política deja de mirar desde lejos

No hay transformación sin contacto. Y no hay contacto más valiente que el que se atreve a tocar lo que el sistema considera impuro: la pobreza, la mujer humillada, el niño invisible, la familia en duelo. La política real no se hace en la torre de cristal. Se hace en la calle de tierra. El líder que no se detiene por el qué dirán, que se arrodilla ante la urgencia del otro, que escucha la fe desesperada de una mujer ignorada por años, ese sí merece dirigir. Porque no hay estadista más grande que quien devuelve la vida donde el poder solo ve muerte. Y no hay campaña más poderosa que la que empieza al tocar una herida y termina al levantar a un ser humano.


| La otra cara |

Muertos civiles: los invisibles del sistema que aún respiran

El Perú está lleno de personas a las que ya se les dio por muertas en vida. Mujeres sin acceso a salud, jóvenes atrapados en barrios olvidados, familias sin títulos, ancianos sin pensión, niños sin voz. La política tradicional no los ve. No porque no existan, sino porque no votan en bloque, no tienen lobby, no hacen ruido. El verdadero liderazgo no es el que convoca a multitudes en mítines, sino el que entra a la casa del dolor sin cámaras, sin poses. Porque mientras no toquemos sus manos, mientras no escuchemos sus historias, este país seguirá haciendo política para los vivos, pero gobernando sobre muertos civiles.


Tocar para sanar: el gesto radical que revive la política


La política se ha vuelto espectáculo. Todo es discurso, selfie, escenografía. Pero el cambio real exige un gesto radical: tocar. Tocar lo que todos evitan. Tocar lo impuro. Tocar lo que el sistema declaró fuera. Y eso implica arriesgar reputación, comodidad y agenda. Pero quien no está dispuesto a mancharse de humanidad, no puede hablar de gobernar. Solo cuando el líder se deja tocar —como aquel manto que sintió el roce silencioso— comienza el verdadero milagro: la restauración de la esperanza pública.


AFORISMOS

1. La política que no toca al marginado está muerta, aunque grite que está viva.

2. No hay curación social sin contacto real.

3. Los excluidos no necesitan discursos, necesitan manos que los levanten.

4. Lo impuro para el sistema, es sagrado para la dignidad.

5. Gobernar es ir a buscar a los que todos dieron por perdidos.

6. El poder no es levantar banderas, es levantar personas.

7. La justicia comienza donde termina el cálculo electoral.

8. Tocar al herido no te contamina; te humaniza.

9. Si tu política no incomoda a los limpios, no has tocado la herida.

10. El liderazgo real revive a un pueblo que otros declararon muerto.


PROPUESTAS


• Crear una “Red Nacional de Restauración Social” para personas invisibilizadas por el sistema.

• Establecer una Ley de Reparación Ciudadana para mujeres excluidas por razones médicas, sociales o jurídicas.

• Formar “Brigadas de Presencia Política” que recorran zonas olvidadas del país con capacidad de acción directa.

• Institucionalizar el “Día del Ciudadano Invisible” con acciones concretas del Estado.

• Financiar programas de reactivación social para personas fuera del sistema formal (sin DNI, sin registro, sin atención).