2506-05

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La unidad nacional no es un acto mágico ni una foto con banderas. Es un proyecto que exige voluntad política, tejido social y liderazgo que convoque sin anular. En tiempos de polarización y discursos extremos, la tentación es dividir para ganar. Pero los pueblos no se redimen desde la fractura. Una república no sobrevive si el que piensa distinto es enemigo. La política debe dejar de gritar por identidad y empezar a trabajar por comunidad. La verdadera unidad se basa en un pacto: reconocer al otro como parte del mismo destino, aunque venga de otra historia. Solo así se construye una patria común que no sea consigna, sino realidad.

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"Ser oposición no es ser enemigo."

“Sin pacto no hay patria”

Hay momentos en que los países tienen que decidir si siguen como tribus enfrentadas o se convierten en una nación real. En el Perú, llevamos décadas atrapados en el discurso de “ellos contra nosotros”: costa versus sierra, limeños contra provincianos, ricos contra pobres, izquierda contra derecha. Pero eso no es una república, es una guerra civil sin balas.

La unidad no se ordena desde el poder, se gesta desde el respeto mutuo. No se construye con marketing político, sino con estructuras que garanticen dignidad, voz y futuro para todos. La patria no se impone; se acuerda.

Y eso es lo que hoy falta: acuerdos. No pactos de élite, sino pactos sociales. No fotos entre partidos, sino puentes entre ciudadanos. Porque si no somos capaces de mirar al otro y verlo como parte del mismo país, lo que viene no es desarrollo, es ruina compartida.

“Un país no es un campo de batalla eterno”

Hay quienes se sienten cómodos polarizando, enfrentando, dividiendo. Creen que mientras el otro pierda, ellos ganan. Pero un país en conflicto constante no avanza, retrocede.

Las heridas abiertas no se sanan con discursos de superioridad moral ni con bandos que se creen dueños de la verdad. Se sanan con pacto. No de silencio, sino de reconocimiento mutuo. La historia no se borra, pero puede superarse si hay visión de futuro.

“De la nación como marca a la nación como misión”

Hoy nos venden patria como si fuera un logo. Pero un país no se convierte en comunidad por repetir frases patrióticas. Se convierte cuando sus ciudadanos sienten que están dentro del mismo proyecto.

No basta con ondear una bandera. Hay que preguntarse si esa bandera representa a todos o solo a unos cuantos. La nación no es marketing; es misión. Y no es de los que gritan más fuerte, sino de los que trabajan por la unidad real.

AFORISMOS

1. Un país dividido es un país detenido.

2. No hay patria sin pacto; no hay pacto sin respeto.

3. La bandera no une si no representa a todos.

4. La nación no se decreta; se construye con cada ciudadano.

5. Quien divide para ganar, pierde al país.

6. La unidad real no excluye diferencias, las organiza.

7. Ser oposición no es ser enemigo.

8. Una comunidad se basa en vínculos, no en bandos.

9. El patriotismo sin inclusión es solo propaganda.

10. La república empieza cuando dejamos de gritar y empezamos a pactar.

PROPUESTAS

• Proponer una Ley de Pactos Nacionales Regionales, donde se impulsen agendas comunes de desarrollo entre territorios históricamente enfrentados.

• Crear un Acuerdo Ético de Convivencia Política, firmado por todas las fuerzas democráticas, con compromisos de respeto, verdad y unidad nacional.

• Establecer un Observatorio del Pacto Social Peruano, con participación ciudadana, para monitorear los avances en cohesión territorial y respeto a la diversidad.

• Reformar los contenidos escolares para integrar una narrativa nacional plural, intercultural y republicana.