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2506-04: Integridad en la trinchera: no te contamines con lo que combates

2506-04

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El escenario político es adverso, contaminante y tentador. El que entra limpio corre el riesgo de ensuciarse. El que entra fuerte, de corromperse. Pero el verdadero reto no es sobrevivir, sino hacerlo sin traicionar lo que se defiende. En una política plagada de pragmatismo, disfrazado de madurez, quien se mantiene íntegro es visto como ingenuo. Sin embargo, la historia premia a los que se atrevieron a no parecerse al sistema que querían transformar. La trinchera no es excusa para la transacción. Resistir con identidad es más difícil que acomodarse. Pero también es la única vía para liderar con autoridad moral.


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"La trinchera no justifica la traición."


“Mantenerse limpio en medio del lodo”

Ser político y seguir siendo persona decente. Ese es el dilema que muchos ya ni se plantean. Porque en el oficio del poder, las reglas no escritas son claras: o te adaptas, o te marginan. Pero, ¿qué es adaptarse? ¿Callar lo que crees, negociar lo innegociable, parecerte al corrupto para que no te aíslen?

No. Hay otra forma. Y no es la más fácil. Es la del que entra a la política no para repetir el ciclo, sino para romperlo. La del que está rodeado de tránsfugas y aún así no se vende. La del que escucha ofertas, y responde con principios.

Ser distinto no es aislante, es referente. Y cuando el sistema ve que no pueden comprarte, empiezan a respetarte, aunque no lo digan. Mantenerse limpio no es ingenuidad; es estrategia de largo plazo. Porque el pueblo puede ser paciente, pero al final siempre distingue entre el que cayó y el que resistió.





| La otra cara |

“No vinimos a parecer decentes, vinimos a serlo”


La política moderna se ha vuelto un teatro de apariencias. Las poses pesan más que los principios. Se venden discursos contra la corrupción desde cuentas bancarias oscuras. Se habla de cambio con aliados de siempre.

Pero no vinimos a simular decencia. Vinimos a vivirla. A mostrar que se puede ejercer poder sin arrodillarse. A demostrar que se puede participar sin contaminarse. El que confunde astucia con cinismo está perdido. Y el país con él.


“¿Y si la resistencia fuera la nueva revolución?”


En un mundo que premia al oportunista, resistir es un acto de rebeldía. Ser coherente es revolucionario. Decir no a los pactos oscuros es hoy más valiente que cualquier consigna.

¿Y si nuestra forma de cambiar el sistema no fuera gritar más fuerte, sino resistir más limpio? ¿Y si el nuevo liderazgo no gritara “¡todos se corrompen!”, sino murmurara “yo no lo haré”? Esa es la revolución que el Perú necesita: silenciosa, firme y sin concesiones.


AFORISMOS

1. No te contamines con lo que combates.

2. La trinchera no justifica la traición.

3. El poder no te ensucia si no te arrodillas.

4. Resistir con principios es más difícil que gritar consignas.

5. El que no se vende, incomoda.

6. Ser decente en política es revolucionario.

7. No basta con denunciar la corrupción; hay que no parecerse a ella.

8. La verdadera astucia es resistir sin transar.

9. El que se adapta demasiado, termina siendo parte del problema.

10. Lo que no corrompe, transforma.


PROPUESTAS


• Crear una Ley de Integridad Permanente en Función Pública, que evalúe y sancione cambios de conducta y valores de autoridades electas durante su mandato.

• Desarrollar un Mecanismo de Auditoría Ética Independiente, integrado por ciudadanos para vigilar compromisos morales y éticos asumidos en campaña.

• Incluir en todo programa de formación política módulos obligatorios de ética del poder y resistencia institucional.

• Proponer una cláusula de incompatibilidad moral: excluir del servicio público a quienes hayan incurrido en contradicciones éticas graves, más allá de lo penal.