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2505-15: Del poder al servicio: el político que se pone de pie para arrodillarse

2505-15

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Quien no sirve, no lidera. Esa es la clave que transforma el ejercicio del poder en un acto de entrega auténtica. La autoridad política no puede seguir entendiéndose como superioridad, sino como responsabilidad de elevar al otro. El que está en la cima no es más grande: simplemente carga mayor peso. La nueva política necesita dirigentes que, sabiendo su rol, se inclinen ante el pueblo no con sumisión, sino con respeto y vocación. Reconocer al otro, incluso al crítico, como emisario del cambio, es lo que distingue al servidor del tirano.


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"El poder no te eleva: te exige."


El enviado no es más que el que lo envía

En el fondo del poder se esconde una pregunta: ¿para qué estás aquí? Si la respuesta no incluye servicio, respeto y dignidad, entonces el poder es solo una excusa. Gobernar sin vocación de servicio es apenas una forma elegante de opresión.

La política moderna necesita humildad funcional. Saber que el cargo no da grandeza, sino que exige sacrificio. Los pueblos no necesitan más salvadores, necesitan líderes capaces de ponerse de pie para luego arrodillarse y servir. Solo así se construye un país que se reconcilia consigo mismo.





| La otra cara |

La arrogancia de los que ya no escuchan a nadie


Muchos que llegan al poder olvidan de dónde vinieron. Pierden el sentido del deber porque confunden mando con superioridad. La política sin humildad se vuelve insulto. Y cuando un gobernante no reconoce que es parte de un encargo mayor, entonces su gestión se convierte en desprecio institucionalizado.

No es más el enviado que el que lo envía. El pueblo envía. El pueblo espera. Y el pueblo no perdona al que olvida que está allí para servir.


¡No te olvides de quién te puso ahí!


Tú no estás en el poder porque lo merezcas. Estás ahí porque alguien confió en ti. Porque el pueblo te delegó su esperanza. Si no sabes corresponder con humildad, entonces no mereces ese cargo. Cada gesto, cada palabra, cada política pública debe partir de esta verdad: “no eres más que el que te envió”.

Y si representas, representa bien. No representes tus intereses, representa la dignidad de quienes pusieron su voz en tu voto.


AFORISMOS

1. El poder no te eleva: te exige.

2. Gobernar es arrodillarse sin perder la autoridad.

3. No olvides a quién representas mientras das órdenes.

4. El enviado no puede traicionar el mensaje.

5. La humildad política es la verdadera forma de grandeza.

6. Cada cargo es una prueba de carácter.

7. La soberbia es el primer síntoma del fracaso político.

8. El pueblo no pone reyes, pone responsables.

9. No gobiernes para ti: gobierna para quien no puede gobernarse solo.

10. Ser jefe es fácil, ser servidor exige coraje.


PROPUESTAS


• Código Ético de Representación Pública, con protocolos de recordatorio institucional al asumir cargos.

• Creación del Juramento de Servicio Popular, leído en sesiones públicas al inicio de toda función política.

• Cursos obligatorios de humildad institucional y liderazgo en servicio para cargos electos.

• Panel ciudadano de evaluación semestral sobre el comportamiento público de los representantes.

• Reformulación de la narrativa estatal hacia una política centrada en servicio, no en jerarquía.